domingo, 19 de junio de 2011

Distracciones

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Un techo blanco de escayola pasó a ocupar todo su campo de visión. No ha sido este un buen día, ni está siendo una buena semana... si es que en realidad lo mismo podía pensar de todo lo que llevamos de año...

Enseguida llegó el cálido chorro de agua sobre su cabeza, deslizándose después desde la frente hacia ambas sienes. Lo malo es que si miro más lejos, entonces... creo que no, mejor no. Por ejemplo: ¿Cuando empezó la cosa a torcerse con David? últimamente salimos a pelotera diaria...

Dedos expertos extendieron el champú por su cabello entrecano. El efecto fue inmediato: Cerró los ojos y se dejó llevar suavemente por su cansancio acumulado. ...No recuerdo cómo empezó esto, y aunque no tengo nada contra él, algo voy a tener que hacer, porque al final me van a tomar por el pito del sereno, y ya está bien...

Desde el exterior tan sólo llegaba a sus oídos el suave zumbido de la maquinilla de corte, presionando a intervalos sobre su cabeza. ...En lo del comité, debería tener en cuenta la opinión de Luis, ahora sólo puedo contar con él, y él lo sabe... bueno, todos lo saben ya a estas alturas...

El metal cálido cosquilleaba sobre su piel mientras rebajaba con precisión sus patillas y perfilaba la línea fronteriza entre el pelo y el cuello sobre su nuca. ...Bien mirado, igual soy demasiado comedido... ¡algún día tendré que ponerlos sobre la mesa, como hace aquí todo quisque, y que cada palo aguante su vela...!

Súbitamente, el rítmico chasquido del metal afilado sobre su cabeza empezó a dar forma a su nuevo aspecto. El peine ejercía una suerte de masaje relajante cuando rozaba su cuero cabelludo, dando orden a su pelo mojado y fresco. ....Esta chica no me suena, debe ser nueva, pero tiene buena mano con la tijera...

Algunas hebras caían sobre su rostro. Se obligó a aceptarlas sin moverse bajo la fina bata que lo cubría. Un agradable aroma a limpio lo fue llenando todo a su alrededor. Esto habría sido insoportable sin ella; menos mal que la tengo a ella, menos mal. Ella me da las fuerzas cuando me faltan... Suerte que supimos arreglarnos a tiempo. Es lo mejor que me ha pasado en toda mi vida.

Un cepillo levemente impregnado de talco empezó a correr por sus hombros, haciéndole abrir los ojos de nuevo. Contempló su nueva imagen remozada en el gran espejo. Hoy lo hablaremos, y seguramente me decida... si, lo haré, está decidido, pediré el nuevo puesto...

El cepillo siguió su curso, pasando suavemente por su rostro, retirando aquellas hebras de cabello que ya ni tan siquiera notaba. La chica volvió con el pequeño espejo cuadrado. Un momento para el vistazo final:

    - ¿Qué tal se ve?
    - ¡Muy bien! es un corte perfecto, muchas gracias.


2 comentarios:

  1. Esta semana fui a la peluquería, me encanta mi peluquera, lo describes estupendamente, solo que a me gusta sentir y observar, me lo pongo como ejercicio de concentración, no pensar en nada, solo "estar ahí" .... sentir y observar ....

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  2. Me encanta ese momento vago que tienes en la peluquería, me encanta dejarme acariciar el pelo, como buena gata, y olvidarme de todo por un momento esperando que haya sido una buena decisión y no quede peor de como llegue jejeje ;)

    Vine a contarte que tienes un premio en mi blog maullándote ;)
    Feliz comienzo de semana y #odioloslunes ;)

    Besos ronroneados en mi abrazo ^_^

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