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Salió de la curva, enderezó la máquina y dio gas a fondo, sintiendo al instante en todo su cuerpo el buscado, firme, deseado tirón hacia atrás. Las agujas ascendieron rápidamente ante él, tumbándose alegremente hacia la derecha. A continuación, entró en su recta preferida, entre el denso bosque que le acogió, invitándole a abandonarse a la paz del trueno constante, inmenso, sonido liberador de todos aquellos otros ruidos del mundo de a pie.Sucumbir, partir. Dejarlo todo atrás. Asumir una victoria que crece a cada ciclo de pistón, a cada litro quemado, a cada revuelta del camino dejada atrás. Pues sabed que nunca pierde aquel que abandona si piensa que el objetivo a alcanzar no compensa los sinsabores y los esfuerzos del camino. Pocos son los valientes con el coraje de abandonar a tiempo.
La recta terminaba finalmente unos metros más allá, para dar paso a una cerrada curva a derecha en pronunciado descenso. En frente, el bosque desaparecía súbitamente en un majestuoso corte a pico de la montaña. Dice un viejo refrán que "tu tierra no es donde naces, sino donde quieres morir". Se concentró, dispuesto a disfrutar del gran momento.
Para @kikiriglu e @itziar_ochoa
Suena a ¡a por todas! .... ¡salta!
ResponderEliminarLos que amamos la carretera sea en moto o en coche, intentamos disfrutar del asfalto. Yo soy una. y por supesto me encanta la entrada del blog.
ResponderEliminarFelicidades
Preciosa entrada... me ha recordado a tantos y tantos momentos sobre mi moto, cabalgando sobre metal y fuego. Esa sensación de abrir gas al salir de la curva... no se si eres motero, pero te dedico una gran V...
ResponderEliminar@M4ugan
Muchas gracias, Felix! encantado de conectar y compartir sensaciones como la explicada.
ResponderEliminarMe gusta..
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