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Yo no nací para esto, no me gustaba pescar.
Nunca entendí el arte de la espera, solo deseaba alcanzarlo todo.
Pero un día acabé por entender.
No sería yo el que decidiese cuando llegaría la ola, pero ahí estuve siempre, sin falta.
Solo cuando se conocen los propios límites se aprecian los regresos.
Fotografía de Alfonso Hidalgo Bau |
Parece que siempre que siempre hay que volver al principio para entender el final.
ResponderEliminarUn abrazo!
O volver de muy lejos para entender de donde venimos...
EliminarGracias Isabel!
Qué bonito!!
ResponderEliminarDe un gran pescador aprendí que el verdadero arte es disfrutar de la espera, y como dices, estar "siempre, sin falta". De ida o de vuelta, antes o después, nos llega la recompensa.
Abraçades!
Muchas gracias Mara. Estar, ser, esperar... pueden ser un arte, porque no siempre es algo fácil, de ahí que la recompensa pueda ser grande.
EliminarAbraçades!
Cuando sabemos lo que esperamos deja de ser un arte y se convierte en un tsunami.
ResponderEliminarHay que tener cuidado con las olas que te arrastran y no te dejan ver el horizonte cercano.
Feliz Espera!
Besos
Conforme con tu reflexión, Blanca: esperar la ola no significa permitir que esta te arrase. O sí...
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