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Caen los últimos instantes de luz invernal sobre la tarde gris. Un vistazo rápido hacia el exterior a través de las ventanas de la habitación a oscuras: los árboles, las casas, los coches, la acera, el asfalto y todas las demás cosas que un día fueron parte de su vida se diluyen lentamente en la densa niebla de ceniza helada. Y al fin cae la noche oscura. La luz eléctrica hace ya mucho que ya es apenas un recuerdo. Como todo lo demás.Afuera todo lleva tranquilo un par de días. Ojalá hayan tenido bastante después del último intento. Había sido una suerte agenciarse el G36, pero repeler el último ataque le había dejado sin apenas munición. Mañana tendría que salir a buscar más. Por suerte aún le quedaba forraje para el caballo. Un poco de luz y ejercicio fuera del garaje le vendrían bien al animal. Se alejó de la ventana y se cobijó de nuevo entre espacio protegido formado por las mantas, la mesa y el sofá que había dispuesto en el centro mismo del comedor. Cerca del refugio, su magra cena se calentaba al incierto calor de la llama azul del viejo hornillo de camping. Lo había recuperado de entre las muchas cosas que en su día no se decidió a tirar, recuerdo de otros tiempos. Como tantas otras cosas.
Absorto, tomó el cazo de sopa de sobre y empezó a beber. El contacto con el antiguo sabor le hizo recordar un momento de su lejana juventud... se dio cuenta ahora todo formaba parte del mismo recuerdo. Se sorprendió acordándose de haber vivido otra vida, de esas mismas calles albergando luz y calor. Recordó haber trabajado, haber querido, haber sentido alegría o indignación por cosas que ya no existían. Recordó que su verdadera vida no era la de ahora, sino la que existió antes de que ocurriera lo impensable, lo imposible, lo que no podría ocurrir jamás.
Porque llegaban otros tiempos, así lo habían asegurado todos los que vinieron, todos los que se fueron sucediendo, uno tras otro, exponiendo sus planes y medidas, alzando cada vez más sus voces en cada discurso, en cada alocución, en cada llamamiento a la calma y a la responsabilidad, gritando ya al final. Hasta que ya nadie dijo nada más. Y todo se apagó. Y realmente llegaron otros tiempos.
Me ha recordado a la película "The Road" un poco. Realmente loshumanos nos vamos llenando de cosas que un día se esfuman cuando lo único que importa es sobrevivir. Me ha gustado mucho. Un beso
ResponderEliminarMe recuerda a algunos Comics que leía en mi adolescencia, es una visión pesimista de la evolución del ser humano .... me encantaban, había seres sorprendentes, parecidos a los que he descubierto en los fondos marinos gracias a Twitter y sus habitantes, en mis Comics jamás imaginaron Twitter .... aún así, me gusta como escribes ....
ResponderEliminarRecuerdo un dibujo de un "ser", sentado en un trono de piedra, era .... es el "Rey" de un mundo devastado .... siempre me pregunto cuando me contará su historia ....
"Como todo lo demás... como tantas otras cosas..."
ResponderEliminarMe encanta la frase final. Igual no es ese el sentido en el relato pero a mí lo que me ha transmitido es que cesó el ruido y lo superfluo y, por fin… llegaron otros tiempos.
Es lo que tienen tus "instantes" que incitan a la lucha al tiempo que abren una puerta. Optimista existencial que es una :)
Un abrazo Ricardo!