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Te crees muy alta y esbelta.
A mi también me contemplaron desde muy abajo, con tanta sorpresa y admiración.
Desde tu punto de vista apenas soy nada. Hoy tu eres la reina, yo... ¿un triste trozo de piedra olvidada? Puede.
Pero no olvides que existes para alegrar la vida de los que te construyeron. No dejes nunca de hacerlo.
Pues si algo he aprendido en todo este tiempo, mucho antes de que tú llegaras, es que afrontarás viento, lluvia, tormentas y heladas, pero nunca inclemencia tan dura, caprichosa e intensa como la misteriosa razón que a veces, despierta en nuestros hacedores.
Me encanta el monólogo, monumental y de altura :)
ResponderEliminarTal como yo lo veo, siempre cambia la perspectiva del que mira y del que es mirado, e inevitablemente, juzgado por todos.
El que mira, antes o después, termina por asimilar las sinrazones de otros. El que lo resiste puede encontrar su razón de ser... y ya no le importará quien sea el creador o el tribunal.
Abraçades!
Gracias Mara; también está la visión del que acumula la experiencia que da la observación a lo largo del tiempo: las razones que hoy parecen incuestionables pueden no serlo en absoluto para los que vendrán mañana... la lógica no sería sino un capricho humano, no te parece?
EliminarBesos!
Totalmente, lo que se considera lógico suele ser impuesto según intereses y épocas, y es tan voluble como una veleta.
EliminarA la experiencia me refería cuando hablaba de resistir porque es su consecuencia y su premio, la sabiduría para no vivir a merced de otros.
Difícil sabiduría, tan deseable...
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