martes, 13 de septiembre de 2011

Avisos

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"Odio cuando mi intuición me envía hasta correos electrónicos para que le haga caso y yo como sino fuera conmigo" (leído en Twitter)

Avisos que nos da la vida. Están por todas partes. Sin embargo, hay que saber verlos. Unos de los recuerdos más claros de mi infancia pertenecen al mes de julio; a unas largas tardes de verano con el sonido de fondo de las corridas de toros en la televisión de mis abuelos. De este modo, a mediados de los años ochenta, por simple ósmosis, acabé familiarizado con todos los nombres de los toreros del momento, y por añadidura, acabé siendo conocedor de todos los lances, suertes y toques de clarines de la llamada fiesta nacional.

Recuerdo perfectamente que de vez en cuando las cosas en la plaza se torcían y entonces los habituales vítores y rítmicos olés del público eran reemplazados por un silencio denso. Era el primer indicio de que algo no iba bien. En algunas ocasiones tras ese silencio, se empezaban a oir silbidos primero aislados, luego generalizados. Y entonces ocurría finalmente: a algún atribulado torero la presidencia del festejo le hacía escuchar un aviso. Algo así como una reprimenda. "No lo estás haciendo bien, pero estás aún a tiempo"

Aquellos avisos, lo mismo que los que da la vida a las personas, empresas, sindicatos, banqueros, gobernantes, países y organizaciones mundiales de toda índole en sus respectivas lidias, nunca llegan de repente. Son muchos los indicios que nos avisan, pero hay que estar dispuesto a advertirlos y mas aún, tener el coraje de rectificar a partir de ellos.

En estos tiempos, la figura de aquel torero de mi infancia se vuelve a mis ojos y por primera vez en alguien envidiable, puesto que en su mundo perfectamente regulado y circular, advertir los avisos no depende de su voluntad o entendimiento, puesto que son inequívocos. Él nunca podrá alegar falta de información, o disponer de indicios contradictorios, o sufrir la presión de poderes fácticos, o tener que atender otras prioridades, como tantas veces nos ocurre a los que estamos fuera de la plaza.

Porque todos sin excepción tenemos la libertad de atender o ignorar los avisos que nos llegan. Y en caso de que, cargados de razón o enajenados sin ella decidamos continuar por la senda del error, es seguro que tarde o temprano nos llegarán nuevos avisos, y detrás de ellos, las consecuencias de nuestros actos. Y aquí por segunda vez y más que nunca, envidio las inofensivas y limitadas consecuencias que en el peor de los casos deberá afrontar el solitario habitante del ruedo taurino, tan distintas a las que afrontaremos los demás, después de haber desoído durante tanto tiempo todos los avisos recibidos.


7 comentarios:

  1. Cuánta razón tienes! Hay muchos sordos interesados y voluntarios que silencian los avisos, por conveniencia o cobardía. A nivel político o económico es más que evidente. A nivel personal, todos tenemos libertad para atenderlos o ignorarlos: la intuición, el instinto, las percepciones cotidianas nos llaman a gritos. Pero primero hay que entenderlos, descifrarlos y asumirlos. Lograrlo sería alcanzar la perfección. La realidad se nos estrella en la cara porque no tenemos la valentía de ningún torero para aceptar lo que muere en nosotros tras un cambio o un fracaso, ni tampoco la generosidad para rectificar y pasar página. O porque simplemente no vemos, no comprendemos, no escuchamos más allá de palabras y hechos. Las comunicaciones verdaderas, decía Cortázar, son los avisos bajo la piel. Y para eso no hay diccionarios.

    Gran post! Para guardarlo, releerlo y no olvidarlo.

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  2. Gracias por tus reflexiones compartidas, Maria José. Y decía bien el maestro Cortázar, muy cierto también.

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  3. La Vida habla en susurros, cuando nos grita, antes hay un silencio absoluto, como antes de las tempestades, los terremotos o cualquier otro evento de la Naturaleza salvaje .... a veces estamos tan ocupados y distraidos que no los oimos .... o tal vez nos asustan los profundos silencios ....

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  4. Tal vez es el miedo a que algo cambie, cuando todo es cambio siempre, Juana

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  5. Laa verdad es muy cierto lo que describe el post, estamos adormilados, alguien me dijo un dia "ABRE LOS OJOS, DESPIERTA" y así lo intento hacer día a día.
    Estupendo post, Ricardo
    Saludos :)

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  6. Enhorabuena por tu clasificación parcial en los premios Bitácoras. Os deseamos mucha suerte. Un saludo.

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  7. Muchas gracias, Gorka, ya es mucho más de lo que esperaba. Suerte para ti también!

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