viernes, 10 de diciembre de 2010

Minos el gato melifluo

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Desde hace cinco años tengo un gato de la calle, de esos vulgares, de infantería, 100% puro calligrí. De franjas grises y negras, lomo negro, cola ligeramente torcida y hermosos ojos verdes. Lo recogieron junto con sus hermanos en una caja de zapatos de las calles del Barrio de la Concepción. Ese es Minos.


No es mejor de los gatos, ni llegó a casa con el propósito de serlo. Además los inicios fueron duros. Mordía manos, arañaba brazos, lo cazaba todo y a todos. Un macarra de barrio con todo bicho viviente, de dos o más pies ó patas.


La genética  le decía a Minos que la vida es dura, que sólo sobreviven los más fuertes, que por lo tanto, no podía andarse con contemplaciones, que sus semejantes no le iban a dar nada que él no se ganara del modo que fuera. Así se lo dictaban implacable y poderosamente, hablándole por boca de su ADN todos sus ancestros.


Y por sus muertos, que Minos desarrolló enseguida el mismo sentido del estoicismo ante la adversidad del que con nada ha venido y nada tiene que perder, cuando anduvo cerca de perder la vida hace unos años. Sus ojos verdes lo decían todo, mientras soportaba en silencio su mal y las perrerías que por prescripción facultativa tuvo que aguantar aquellos dias. "Las cosas son así... son así"


Desde ese día, algo cambió en su mirada.


Y entonces me tocó a mi: llegó el peor rato de mi vida; el aire se resistía a entrar en mis pulmones, obstruidos por el típico y tópico hueso de aceituna, algo tan prosaico pero tan capaz de enviarte al otro barrio. Así andaba  entre toses y roncos intentos por quedarme en este mundo, sentado en el salón de mi casa. Y apareció él. En silencio, se abrió paso entre mis convulsiones y avanzó sobre mis rodillas hasta acercar sus ojos verdes hasta los míos, muy cerca, hasta casi tocar mi frente. Permaneció inmóvil, emitiendo un claro y profundo ronroneo, como nunca antes había escuchado."Tranquilízate, saldrás de esta" dijeron sus ojos verdes.


Y cuando todo hubo pasado, todo había cambiado ya sin remedio. Nunca sería lo mismo. El macarra, el estoico, el práctico había desvelado su debilidad, en contra de toda lógica, de sus ancestros, de su ADN de superviviente, o quizás precisamente por eso, Minos desde ese día es mi gato melifluo.



I Will Follow You into the Dark - Death Cab for Cutie

5 comentarios:

  1. A veces la Vida nos da una oportunidad, no nos parece que sea eso, pero si lo es.
    A veces cuando te caes, cuando te das ese leñazo de tres pares de narices, llega esa persona (o gato) y te levante, te frota la frente y te dice ¡ánimo chica! .... jamás imaginaste que "ese" te ayudaría tanto ....

    El video me ha recordado un sueño que tuve hace algún tiempo, estaba cansada, muy cansada, me deje caer a un abismo (como el del sueño) pero .... apareció mi padre (murió hace un par de años) y me aparecieron dos enormes alas, me decía "hija, lo siento pero no te puedes caer por mucho que quieras, siempre te apareceran tus alas".

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  2. Buenas noches Ricardo
    Es una alegría ver que el mundo blogger va poco a poco incrementándose de amigos.
    Has sido valiente, has pasado ese momento en el que todos dudamos si daremos la talla, pero tu lo has pasado con nota. Enhorabuena y espero leerte muy muy a menudo.
    Un abrazo y bienvenido

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  3. Ohhh, q hermoso... y lo sé porque se me caen las lagrimitas y todo!.
    Minos is GOD!

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  4. Jo, me has emocinado, qué historia la tuya. Enhorabuena por ese gato, angel de la guarda. Se por experiencia que los gatos son unos seres maravillosos, capaces de lo mejor y de lo peor.

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  5. Buenas noches Ricardo, de primeras felcitarte por poder compartir tus historias con nosotros, y hacernos saber que los gatos por muy ariscos que estos sean, son fieles a su amo.
    Mi gata estrella,me ha quitado muchas depresiones y es increible como puede quedarse inmóvil, como tu bien lo has descrito, en momentos de crisis que no sabes si saldrás de la situación. En abrazo.

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