jueves, 28 de junio de 2012

Baldosas sueltas

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"Las baldosas sueltas te calan entero"
@Mertxe_Beriain

No lo podía creer, era inconcebible. Los ecos de un sonoro exabrupto aún resonaban en los oídos de los transeúntes que en aquel momento pasaban por su lado. Irritado, contrariado, confuso, permaneció inmóvil en medio de la acera, concentrando las miradas de todos los presentes. 

Incrédulo, contemplaba como su elegante pie derecho seguía dentro de aquel gran charco. La antes negra y brillante piel del mocasín se estaba tornando blanda y pardusca con rapidez. Las dos perneras del pantalón, completamente empapadas por el agua sucia del charco, habían empezado a dejar pasar la humedad hacia la piel de su portador. 

El frio contacto de la ropa calada lo enfureció aún más. Sus nuevos pasos sobre la acera habían perdido toda la prestancia, todo el orgullo. El mocasín derecho emitió un ruido grotesco al desembolsar parte del agua acumulada. Levantó la vista hacia la entrada: lo estaban esperando en pleno, nadie había perdido detalle. Nunca le había importado donde había pisado, hasta aquel mismo instante. Por primera vez en su vida supo que aquella puerta estaba más lejos que nunca.


10 comentarios:

  1. Un baño de humildad en público es la mejor lección y el peor castigo para el que pisotea a otros. Excelente medicina contra el orgullo, me parece...

    Abraçades!

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    1. Si la justicia natural de la vida se prodigara más... Gracias, Mara.
      Abraçades :)

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  2. Pisando fuerte se debería llegar lejos, pero no es así, siempre habrá que sortear muchos obstáculos y limpiar las suelas para que no quede ni rastro de las maldades que nos van a impedir ver la meta.

    Un abrazo, prenda.

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    1. Pisar fuerte está bien... pero cuántas veces se confunde con no ver por donde se pisa, ni a quién!
      Besos, Blanca!

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  3. Parece inconcebible. Un señor elegante, bien trajeado, con andares resueltos, henchido del orgullo propio de quienes han escalado a lo más alto y que avanza con paso firme y decidido al encuentro con sus homólogos, se despacha con una sonora incorrección, capaz de paralizar al resto de transeúntes, cuando su pie se adentra en un charco. Por supuesto que no estaba mirando, jamás había dirigido su vista hacia abajo como seguramente tampoco lo habrán hecho sus anfitriones acostumbrados a observar por encima del hombro a los demás. Una situación accidental e incómoda que no agrada a los distinguidos espectadores, siempre atentos a la artificial corrección de las formas antes que a la auténtica honestidad del fondo. Quién sabe si en algún momento haya una baldosa suelta reservada para cada uno de ellos.
    Un abrazo tinerfeño sin baldosas

    CC

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    1. Las humildes baldosas sueltas, como los flecos sueltos de las cosas de la vida, pueden acabar desencadenando tormentas devastadoras.
      Gracias por tu aportación!

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  4. ¡Y lo que duele el orgullo! Sobre todo el que depende de la mirada ajena.
    Puede ser una buena idea para un sabotaje en masa: estudiar que baldosas estratégicamente situadas merecen ser "retocadas". Debilitar a los grupos de poder con jarabe de su propia medicina en lugar de manifestaciones que al final a quienes más afectan es a los que pisamos el suelo real. ¡Magnífica instantánea!

    Un abrazo Ridardo! :)

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    1. El orgullo, como el no mirar por donde o a quien se pisa, son malos consejeros en nuestro camino por la vida...
      Gracias como siempre, Isabel!

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  5. Buenos días Ricardo! Primero agradecerte que de un tuit mío hayas escrito este post. Este tuit pueden tener varias lecturas,una la que has redactado y los comentarios que de él se han desencadenado.Yo te dejo mi explicación:podemos ser un suelo con diferentes colores de baldosas,unas mejor colocadas que otras...las que están desprendidas quizás busquen el reclamo de ser atendidas y de nuevo ser recolocadas junto al resto.Por diferentes motivos se han descolado del pavimento...y hay baldosas que según su historia...el agua que hayan podido guardar en sus grietas...te calan.
    Feliz comienzo de mes de Julio.Besos. Mertxe_Berian

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    1. Ante todo, gracias a ti, Mertxe. Baldosas sueltas hay en todas partes y en cualquier momento. En realidad, todas se acabarán soltando y embolsando su dosis de agua si no se cuidan...por eso mejor es siempre estar atentos y sobretodo, tener cuidado por donde se va y se pisa.
      Besos!

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