Cargando..
Vuelvo a los lugares de siempre, mientras me adentro en la penumbra de los días.
Ya no queda nadie. La fiesta terminó hace tiempo.
Extraños vestigios crepitan bajo mis pies: ecos de un futuro olvidado.
Las cáscaras vacías de los otros nunca suenan igual.
Hoy las almendras son amargas.
¿Cuándo empecé a pisar cáscaras vacías?
Pocas palabras dan para muchas interpretaciones...
ResponderEliminarLo que tengo claro es que el "crujido" de los recuerdos no es igual para que el que se benefició de ellos que para el que los sufre después...
Y también tengo claro que en cuanto uno se formula una pregunta es que ha comenzado a averiguar la respuesta.
La mía preferida siempre es ¿por qué?
Un abrazo!!
Interesantes consideraciones las que haces, Mara. Está claro que nunca el punto de vista de quien vive las cosas es el mismo que el de terceros. Y es cierta una cosa, muchas veces las preguntas las tenemos respondidas de antemano, lo que muchas veces, no queremos saberlo...
EliminarBesos
Casi, casi coincido con Mara, mi pregunta preferida es ¿Y por qué no? :)
ResponderEliminarFrase magnífica y multisensorial: "Las cáscaras vacías de los otros nunca suenan igual" Y se puede sustituir "cáscaras vacías" por: problemas, fracasos, errores, vacíos, ausencias, frustraciones...
Y la perla de cierre, no recordar siquiera cuando empezamos a transigir.
Abrazos!
Lo has captado en toda su extensión, Isabel!
EliminarToda cáscara vacía bajo nuestros pies es más que nada algo extraño y sobretodo incómodo. Y como bien dices, sustituible por tantas cosas que no deseamos sino tirar lejos...
Gracias!
Las pisas como todos. Unas veces sin darte cuenta y otras porque hay que hacerlo.
ResponderEliminarBonita reflexión, Ricardo.
Un abrazo
Gracias, Blanca. Aunque preferiría no pisarlas...
EliminarLas pisas a veces porque simplemente quizas no nos detengamos a ver que hay bajo nuestros pies.
ResponderEliminarUn abrazo !
Muchas veces miramos abajo cuando ya es tarde...
EliminarGracias, Tania