jueves, 18 de julio de 2013

La borda de poniente

Cargando..


Tenía unos ojos muy grandes y serios las pocas veces que dejaba de reír y se quedaba solo.

En un rincón de la borda que daba a poniente, alejado de la vista de todos, las bromas y chascarrillos del faenar cotidiano se desvanecían bajo el peso de su mirada reflexiva. Había llegado el momento.

Tenía en su corazón mil remiendos y suturas, por los que habían conseguido impedir que la vida se le escapase. "Has tenido mucha suerte" le dijeron mil veces. Pero ahora sabía que lo suyo había sido mucho más que suerte.

Se daba cuenta que apenas recordaba nada de antes; como si no hubiera tenido más vida que cuando decidió empezar de nuevo, y vivir el regalo de la pura existencia, como el niño travieso que decidió volver a ser. Sólo así recuperó un mañana con el que no llegó a contar. Desde entonces había visto mucho mar, muchas olas, muchos peces, muchas cosas desde la borda de ese viejo, gastado barco. Era la hora de volver a puerto. 

            - Me voy, lo dejo ya. Nos volveremos a ver, amigo.

             - Lo sé y lo entiendo. Nunca hemos hablado de la amistad, porque de la amistad no se habla, se siente. Alguien  me dijo una vez que un amigo es aquel con el que te puedes sentar tranquilamente en silencio y sencillamente, sentir que sois amigos. Nada más. Esa es la amistad que yo he vivido contigo.

Había llegado en el mejor momento, no había mejor modo de irse. Estaba en compañía de verdaderos amigos, aquellos que nunca necesitaban ni pedían explicaciones, pero que sabían que de vez en cuando se alejaba para acodarse en la borda que daba a poniente; siempre pensativo, con los ojos grandes y tranquilos, en silencio.


Fotografía de Alfonso Hidalgo Bau

6 comentarios:

  1. Cuando se siente de verdad no es necesario hablar, ¿verdad? El silencio dice tantas cosas...

    Abrazo veraniego! :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El silencio se vuelve a menudo ensordecedor cuando se le presta la debida atención, nada más...

      Gracias, Isabel! :)

      Eliminar
  2. Me da mucho miedo el silencio, lo reconozco, ampara lo mejor pero también lo peor. Lo que sí comparto es que lo fundamental de la amistad es sentirla, y su esencia es comprenderse, se exprese como se exprese...

    Es hermosa esa despedida en paz y en el mar... :)

    Una forta abraçada.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las palabras son importantes, pero nos expresamos mucho también sin ellas, y a menudo, con mucha más intensidad y más sinceramente...

      Gràcies!!

      R.

      Eliminar
  3. Cuando dos amigos están juntos no hace falta hablar. El sonido del silencio se nota en la mirada, la manera de sentarse. Los ojos..

    No siempre hacen falta palabras. Hoy aquí si hubiera dejado un . ¿Habrías notado mi amistad?

    Hemos compartido muchos silencios.

    ¡Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando no hacen falta palabras es porque se han dicho todas antes... y no necesariamente han tenido que escucharse.

      Gracias, Blanca.

      Besos

      Eliminar